A veces tengo la suerte de encontrarme en Edición Anticipada obras disponibles para su reseña bastante interesantes. Y este es uno de los casos. Antes de que cierres la ventana del blog y pienses que es una publicidad encubierta, te aseguro que es todo lo contrario. Esa reseña que el contrato editorial obliga hacer a cambio de libros, ya la dejé en mi perfil de Amazon. Ahora quiero hablar en unas líneas de forma personal.
Quizás no es el género que más leo. Y debo reconocer que al ver la portada y leer la sinopsis, creí que era un libro más de la ya trillada Segunda Guerra Mundial y el Nazismo. Y sí, el escenario donde se desarrolla la trama es un campo de concentración. Por lo que vamos a encontrar sufrimiento, muertes, tratos inhumanos a los presos...
Pero hay algo más. Pues no es el típico libro para llorar. No es comedia, es verdad, pero la autora se ha querido centrar más en Ella, la protagonista. Ella es una muchacha que, aunque se encuentra en el campo de concentración de Auschwitz, tiene más privilegios que muchas de sus compañeras, pues no le han rapado la cabeza, tiene acceso a mejor alimentación y trabaja en Kanada, un pabellón donde se recogen y clasifican las pertenencias de los recién llegados. Además, Ella empieza a escribir en postales y fotos, que guarda en una lata. Y poco más puedo decir sin destripar la historia.
Se nota y agradece que sea un libro bien documentado, con personajes que existieron, aunque hay elementos nacidos de la imaginación de la autora. No es un libro para no parar de llorar, ni un libro donde te vas a reír. Pero sí es un buen ejemplo de conocer historias paralelas a la desgracia, para empatizar y para rendir tributo a todas las víctimas de esta gran mancha negra en la Historia de la humanidad.
Pues no lo conocía, gracias por tu reseña. He buscado para seguirte, pero no encuentro el gadget. Quería quedarme por aquí e invitarte a mi blog, si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.