Creo que este libro que os presento a continuación es el primero que leo sin saber muy bien qué me voy a encontrar en su interior. Y la sinopsis no ayuda mucho. ¿Novela de misterio?, ¿narrativa?, ¿aventuras?. La respuesta es algo compleja pues es todo eso, pero mucho más.
El protagonista es Manuel. Un chico con el que es fácil empatizar: tiene un trabajo mal remunerado, vive en un cuchitril en el centro de Madrid y su vida no es como siempre la ha imaginado. Pero un accidente, o mejor dicho un imprevisto, de la forma más tonta, hace cambiar su vida radicalmente.
Es cuando comienza una nueva aventura. Empieza siendo una anécdota y algo paranoico, pero que finaliza con un sentido a la historia. Es en estos momentos donde el lector, o al menos yo, me paré a pensar. Sobre la forma de vida que llevamos en las grandes ciudades y sobre todo, si realmente necesitamos tantos cacharros y artilugios que usamos día a día por culpa, en gran parte, del capitalismo.
A través de las páginas, Manuel cambia radicalmente. Es capaz de vivir con lo mínimo, generando su propio estilo de vida. Por eso esta historia tiene un trasfondo importante del que hacer una observación. Un vida sencilla, con lo mínimo para vivir es posible. Una vida más ecológica, más primitiva, sin tanto ruido social. Y sobre todo, apartado del sistema económico reinante que nos impulsa a comprar por comprar y a empobrecernos.
Ojo, no defiendo ni estoy de acuerdo con ese carácter asocial que adquiere Manuel. Ni defiendo sus acciones en algunos pasajes: con un policía, con sus nuevos vecinos... pero entiendo que es una evolución natural para darle "chicha" a la historia.
Es un libro sencillo, de no más de doscientas páginas, de fácil lectura y entretenido. Hay quien dice que es una versión de Robison Crusoe actualizada a nuestros días. Yo no lo creo tanto, pero sí que es un libro que es interesante de leer en cuanto se tenga oportunidad.
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